Herramientas para el bienestar docente

Distribuido en ocho sesiones de tres horas, del 16 de enero al 6 de marzo, y guiado por la terapeuta Mónica Perujo y con la colaboración de Chus Penas en la sesión de teatro, se ha planteado un viaje de exploración y cuidado del docente, que le proporcione herramientas de autoconocimiento que le permitan enfocar su tarea con más conciencia. 

A través de estas herramientas y la reflexión, los debates y el ambiente de confianza en una/o  misma/o y en el grupo nos hemos acercado a explorar los límites, la relación con la autoridad, la propia y la ajena y nuestra reacción ante la frustración.

El análisis del cerebro triuno, reptiliano, mamífero y humano, nos lleva al reconocimieto de nuestro centro dominante y de ahí al análisis de nuestras actitudes cotidianas. ¿Desde qué centro me muevo? ¿cómo interactúo con los demás? ¿cómo veo que me afecta en mi tarea docente? ¿qué es lo que me motiva y qué lo que me desmotiva?. Después de esta experiencia podemos proponer qué es lo que nos conviene desarrollar a cada una/o para salir de nuestros automatismos y recuperar la espontaneidad.

El eneagrama y el carácter nos llevan a reconocer cómo influye nuestro carácter en la relación docente, tanto de forma negativa como positiva.

A través del teatro hemos vivido el conflicto en vivo y cómo nuestro personaje se mueve en escena en ese campo; qué partes tenemos desarrolladas y cuáles hemos mantenido en la sombra.
Y, por supuesto, diversas dinámicas corporales, energetizadoras, a través de la risa, el baile, el juego y el movimento que nos han ayudado a tomar conciencia a través del cuerpo de las distintas experiencias.

Una asistente al curso nos da su visión de la experiencia...

"A lo largo del curso "Herramientas para la mejora del bienestar docente" he sido testigo de la evolución de las/os asistentes, desde la sorpresa y el desconcierto inicial ante la novedad de una propuesta en el que el apartado de contenidos y conceptos teóricos no era lo más importante hasta la emoción del autoconocimiento.
Este desconcierto es sentido, vivido, experimentado y también puesto en común con las/os  compañeros. En ese momento se iban abriendo ojos, frunciendo ceños, aparecían sonrisas, caras serias, ternura, alegría, enfado...la comprensión de muchas experiencias nos recoloca, nos sitúa en un lugar distinto, nos hace crecer. Como si de repente muchas fichas de dominó cayeran a la vez y nos dejaran otro panorama, un paisaje distinto, o -mejor dicho- la posibilidad de una nueva mirada, ante nosotras/os, ante las/os demás y ante la vida.
Personas llenas de vida, de ternura y, sobre todo, de ganas de cambio que hemos convivido durante ocho sesiones de tres horas en las que cada día la sorpresa descolocaba un poco nuestras seguridades y nuestras costumbres. Educadoras/es todos, que hoy somos distintos, hemos podido ir un poco más allá, hacia dentro y hacia afuera. Y este hecho me corrobora en  la seguridad de que una educación diferente es posible, y, de su mano, la esperanza de un mundo mejor se hace más cercana."